Nuestro Proyecto
VAICACAO: UNA CADENA DE SUMINISTRO CORTA QUE CUENTA UNA HISTORIA DE AMOR POR EL CACAO Y LA TIERRA
Nuestra historia comenzó en 2015 en San Salvador, cuando decidimos presentar al mundo el cacao Fino de Aroma de la Finca Cuyancúa , propiedad de la familia de Juan Rafael y actualmente administrada por su padre, Rafael. Este cacao es más que un simple producto: es un símbolo de cultura, tradición y amor por la tierra, un vínculo vivo con las raíces ancestrales del cacao salvadoreño.
Desde 2015, también hemos comenzado a comprar a nuestros colegas, pequeños productores de cacao en El Salvador, quienes comparten nuestros valores de cultivo responsable y regenerativo , lo cual puede impactar positivamente el ecosistema y las comunidades que rodean el cacao. Estas relaciones directas continúan hoy, garantizando relaciones a largo plazo con máxima trazabilidad, alta calidad y un impacto ambiental y económico positivo para las comunidades agrícolas con las que trabajamos.
En 2016, impulsados por el deseo de llevar el cacao más allá de las fronteras de Centroamérica, nos mudamos a Olbia, Cerdeña, la ciudad natal de Elisa.
Aquí creamos nuestro laboratorio, donde desde 2018 producimos chocolate BEAN-TO-BAR y pasta de cacao para uso ceremonial , trabajando cada lote con cuidado artesanal, con el compromiso de apoyar el cacao de especialidad salvadoreño y mesoamericano, creando productos genuinos, sin concesiones y mínimamente procesados en comparación con los productos comerciales.
UN MODELO DE TRABAJO QUE CAMBIA LAS REGLAS
No nos satisface el sistema global de comercio del cacao, donde los precios se fijan en las bolsas de Nueva York y Londres y el cacao se trata como una mercancía, aplastando a los productores locales y creando sistemas especulativos que solo benefician a los grandes grupos industriales y, desde luego, no a los agricultores individuales. Creemos en un comercio diferente, totalmente independiente y ajeno a estas lógicas, donde cada transacción es un gesto de confianza y respeto, y se realiza directamente en la finca, es decir, en la plantación, siempre que sea posible.
Bebida de cacao mesoamericana: un intercambio cultural
La bebida elaborada con pasta de cacao, inspirada en las tradiciones mesoamericanas —hoy conocida como cacao ceremonial— , es el alma de nuestro proyecto. No es solo un alimento con mil matices, sino un verdadero aliado para el bienestar y la conexión espiritual, un viaje que nos lleva a las profundas raíces de la rica cultura ancestral de nuestra región, que también abarca a nuestro país, El Salvador.
A años luz de lo que hoy llamamos chocolate o cacao en polvo, la pasta de cacao era el ingrediente clave de las bebidas convivenciales y ceremoniales de las culturas mesoamericanas: pura, incontaminada y cargada de significado espiritual. Estas bebidas celebraban la profunda conexión entre la tierra, la gente y las cosmovisiones.
Nuestras pastas de cacao ceremoniales se inspiran en esta misma historia. Elaboradas con esmero e intención, están diseñadas para disfrutarse en momentos de convivencia, crecimiento espiritual o como parte de un ritual diario.
Un pequeño pero significativo ritual matutino con cacao puede ser un poderoso aliado para aliviar el estrés, encontrar el equilibrio interior y contrarrestar la sobreestimulación de la vida moderna. Además, es una alternativa válida y natural al café, ya que contiene teobromina, un estimulante suave que nos ayuda a mantener la concentración.
A diferencia del cacao comercial, que muchas veces carece de trazabilidad y está empobrecido por procesos industriales que destruyen su alma y calidad, nuestro cacao ceremonial es transparente, auténtico, trazable y está íntimamente ligado a la gente y la tierra donde se origina.
DEL GRANO DE CACAO A LA BARRA, UN VIAJE AL AUTÉNTICO SABOR DEL CHOCOLATE
Nuestro chocolate es una experiencia pura y auténtica. Con una lista de ingredientes muy corta —sin manteca de cacao añadida, sin lecitina de soja, sin saborizantes artificiales—, dejamos que el cacao sea el protagonista.
Cada origen cuenta una historia. Al igual que el vino o el café de especialidad, el cacao merece ser apreciado por sus matices únicos: cada cosecha, variedad genética, terroir y proceso poscosecha, como la fermentación y el secado, contribuye a crear sabores que hablan de la tierra de la que provienen.
Para quienes quieran descubrir sabores nuevos y auténticos, nuestro chocolate es una invitación a redescubrir el placer del cacao en su forma más vibrante, porque está tostado suave, ligeramente, sin quemarlo, y con un procesamiento mínimo que embriaga hasta los paladares más exigentes.
NUESTRO COMPROMISO CON UNA MAYOR SOSTENIBILIDAD
En un mundo cambiante, el cacao también puede ser parte de la solución. En las plantaciones que obtenemos, el cacao se cultiva en sistemas agroforestales regenerativos que restauran la biodiversidad, capturan CO2 y mejoran la fertilidad del suelo. Nos aseguramos de que nuestro trabajo sea respetuoso y respete los derechos de las personas involucradas.
Pero no nos quedamos ahí. Prestamos atención a cada detalle, o al menos a todo lo que está a nuestro alcance, como:
- Elegir embalajes reciclables en papel para minimizar el impacto ambiental del plástico.
- Opción de no utilizar embalajes de plástico cuando no sean necesarios para el envío.
- Alojamiento web alimentado con energía renovable.
- Colaboraciones locales para el compostaje de cáscaras de cacao, transformando los residuos en nueva vida para el suelo.
Sabemos que el impacto cero no existe, pero cada paso cuenta. Nuestro objetivo es dejar el mundo un poco mejor de como lo encontramos.
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